Felipe Zampino | 10 de Octubre, 1998 |
El Espejo |
La escena abre en el dormitorio donde Felipe esta fijándose en el espejo. Hay un media luz en el cuarto. Entra Guillermo.
Guillermo: ¿Qué tú estas haciendo?
Felipe: Mi tarea...
Guillermo: ¿Qué?
Felipe: Para mi tarea yo tengo que mirar en el espejo y describir lo que yo veo.
Guillermo: ¿Y?
Felipe: Nada. Me parezco cansado. No tengo suficiente tiempo para mi tarea, yo tenía que trabajar esta fin de la semana.
Guillermo: ¿Pero cuanto tiempo tú has mirado en este espejo? Creo que tú estas interpretando esta asignación demasiado literalmente.
Felipe: Quizás, pero estoy buscando para inspiración.
Guillermo: Para ti es una busca continuo... ¿Necesitas mi consejo? (Felipe niega con la cabeza) Tú debiera describir la evolución de los pensamientos que tú estabas teniendo durante cuando te estabas mirando en el espejo.
Felipe: (pausa) Hmmm, bien... déjame recordar... primero yo vi los depresiones en mi mejilla.
Guillermo: ¿Como?
Felipe: Pues, yo había estado trabajando demasiadas horas extraordinarias de trabajo, como yo dije, y estaba tratando de hacer algo con mi computadora cuando me dormí en mi mismo teclado. ¡Cuando me desperté había depresiones de las teclas en mi cara!
Guillermo: Tú eres extraño. Tú debieras tener cuidado alrededor de tú computadora.
Felipe: Claro, aunque quizás lo que resultó por casualidad sea mejor que los que yo voy a escribir. Déjame ver, después que mi mejilla se allanó yo vi algo muy espantoso.
Guillermo: ¿Qué era eso?
Felipe: Yo vi demasiado acné para un hombre que tiene tantos años como yo tengo. ¿Cuando yo voy a acabar mi adolescencia?
Guillermo: (riendo) El problema no es tú cara pero el estado de tú mente que te hace falta madurar.
Felipe: ¡Oof! Aunque, volviendo a mí tarea... después de eso, creo qué yo vi mis ojos buscando para algo diferente.
Guillermo: ¿Eh? ¿Qué quieres decir?
Felipe: Pues, creo que la tarea no es para describir mi cara, todos en la clase pueden ver como me parezco, pero mi profesor esta tratando de averiguar algo de nuestros caracteres.
Guillermo: Claro que sí. ¿A dónde quieres llegar con esto?
Felipe: Probable en ningún lugar... bueno, lo que yo observé era algo, o no era algo...
Guillermo: Tú estas muy confundido... ¿tú observaste algo o no?
Felipe: Pues, lo que yo observé (o no observé, según el caso...
Guillermo: ¡Bastante!
Felipe: Sí, lo que yo observé es que mis ojos no estaban enfocando en mi cara. Estaban remoto, obscuro, como yo no estaban concentrando, como yo estaba dejando volar mis pensamientos. No estaba pensando en lo que yo debiera estaba haciendo, y me dí cuenta que estaba escuchando a una melodía que estaba tocando en mi cabeza, una melodía muy complicado y extraño.
Guillermo: Creo que mucho del tiempo tú estas en ese estado.
Felipe: ¿Tú lo crees?
Guillermo: Estoy seguro que tú eres un soñador, pero no estoy seguro que eso es bueno... (Felipe se pone su cara en un ceño) Estoy bromeando, estoy feliz que tú no estas demasiado serio, pero algunos días tú cabeza esta en el cielo.
Felipe: Bien, entonces mi tarea va a decir solamente que <<cuando yo miro en el espejo yo veo nada pero las estrellas cantando.>>